Juan Carlos Molina: “El poncho es símbolo de encuentro, no de operaciones políticas”
El sacerdote y candidato a diputado por Fuerza Santacruceña habló sobre el final de la campaña, las críticas recibidas, su vínculo con la Iglesia y su mirada sobre la realidad de Santa Cruz.
En el tramo final de la campaña electoral, Juan Carlos Molina, más conocido como el cura Molina, dialogó con Ecos Noticias desde Puerto San Julián, donde continúa recorriendo distintos puntos de la provincia. “Estoy visitando proyectos productivos, viendo el tema de la pesca y, sobre todo, las ausencias que hay en estos lugares”, comentó, antes de emprender viaje hacia Río Gallegos para el cierre formal de actividades.
Molina, que encabeza la lista de Fuerza Santacruceña junto a Moira Lanesán Sancho, reconoció que la campaña fue “muy dura” y marcada por ataques personales. “Sabíamos que iban a jugar sucio. Nos preparamos para eso. Pero el poncho y el mate son símbolos de encuentro, de hermandad. No me agarró la campaña con el poncho; yo lo uso siempre. Es mucho más valioso salir a escuchar a la gente que responder a operaciones políticas”, sostuvo.
“Sigo siendo el cura Juan Carlos Molina”
Consultado sobre su relación con la Iglesia, explicó que cuenta con la dispensa correspondiente para participar en política activa. “Sigo siendo el padre Juan Carlos Molina. Pedí ser dispensado del ministerio público para poder hacer campaña. No puedo celebrar misa en público ni administrar sacramentos, pero sigo siendo sacerdote”, aclaró, destacando el acompañamiento del obispo de Santa Cruz y de sus pares eclesiásticos.
Negó que su candidatura haya sido una decisión personal de Cristina Fernández de Kirchner: “No fue un dedo mágico. Hablé con Cristina, con intendentes y con muchos referentes del peronismo. Fue una decisión colectiva, un acuerdo entre todos los que creemos en esta fuerza santacruceña que busca recuperar la esperanza”.
Las denuncias y la defensa de la Fundación Valdocco
Molina también se refirió a las denuncias mediáticas y judiciales que involucraron a la Fundación Valdocco, organización que fundó hace más de 25 años. “No estamos imputados ni fuimos llamados a declarar. Todo fue parte de operaciones políticas. El año pasado hubo allanamientos, pero la jueza de familia que intervino cerró el expediente con elogios hacia el trabajo de Valdocco. Dijo claramente que la fundación les había salvado la vida a muchos chicos”, señaló.
Explicó que actualmente la fundación sigue funcionando “con normalidad” en Cañadón Seco, El Calafate, el Chaco y Haití. “Soy apoderado y acompañante, ya no presidente. Cada sede tiene su propio equipo de trabajo y continúa con sus proyectos, aunque con muchas dificultades económicas por los recortes del Estado”, agregó.
Sobre la realidad provincial y nacional
El candidato expresó su preocupación por la situación actual de Santa Cruz: “La veo con muchos dolores, como una provincia abandonada. Pero también con memoria y esperanza. La gente recuerda cómo funcionaban los hospitales, las rutas y las represas. Y eso mantiene viva la expectativa de que se puede estar mejor”.
Consultado sobre su paso por la Sedronar durante el gobierno de Cristina Kirchner, señaló que “no se arrepiente de nada”: “Hicimos todo lo que pudimos en dos años y medio. Faltó mucho, claro, porque el narcotráfico es dinámico y cambia todo el tiempo. Pero lo que construimos sigue vigente”.
“No me interesa gastar millones en publicidad”
Molina destacó que su campaña se realizó con recursos mínimos y con un enfoque distinto: “No me manejo con encuestas ni con redes millonarias. En una provincia con hambre y salarios bajos, no puedo gastar plata en publicidad. Prefiero comprar zapatillas o comida para los chicos de las escuelas antes que poner mi cara en YouTube”.
En cuanto a su patrimonio, afirmó vivir en la fundación y “al día, como cualquier persona”. “Renuncié a todos los cargos que tenía. Vivo con lo justo, como todos los que trabajamos acompañando a los demás”, sostuvo.
También negó cualquier vínculo político con el gobernador Claudio Vidal o con funcionarios de su gobierno: “Nunca hablé con Vidal. Sí me reuní con algunos ministros cuando empezaron los recortes a las fundaciones, pero solo por cuestiones institucionales”.
“No hay que separar fe y política”
Al cierre de la entrevista, Molina reflexionó sobre su decisión de involucrarse en política: “¿Por qué habría que separar la Iglesia de la política? Los curas siempre estuvieron en los momentos clave de la historia argentina: en la independencia, en la defensa de los derechos humanos, en la lucha por la justicia social. Jesús fue un político. Yo también quiero aportar desde ese lugar”.
Y concluyó con un mensaje esperanzador: “Soy una persona feliz, profundamente feliz. Hago lo que me gusta y lo que siento que Dios me pide. Me metí en esto porque la gente sufre, porque los jubilados lloran por no tener medicamentos, porque hay chicos con discapacidad abandonados. No me escapo: acá estoy, dando la cara”.
