Sindicatos de Santa Cruz se unen para exigir cambios en la Caja de Servicios Sociales

En una inédita muestra de unidad, diversos gremios de la provincia de Santa Cruz se congregaron este jueves frente a la Caja de Servicios Sociales en Río Gallegos. El objetivo: presionar para que se implementen cambios urgentes en la gestión de la obra social, que, según los trabajadores, presenta graves deficiencias que impactan directamente en la salud de los afiliados.

El secretario general del SOEM Río Gallegos, Pedro Mansilla, fue la voz más fuerte del reclamo. En su discurso, visiblemente encendido, Mansilla denunció lo que describió como un «modelo de ajuste» que la provincia estaría acompañando y que ha deteriorado los servicios de la Caja.

«Tenemos que mirarnos para adentro como trabajadores y entender que el problema de un compañero es el problema de todos», enfatizó Mansilla, llamando a la solidaridad de la clase trabajadora. Denunció la «dolarización de la salud» y el abandono de los afiliados, en especial aquellos con problemas de salud crónicos o que requieren derivaciones a otras provincias.

Reclamos contundentes y advertencias a las autoridades

La protesta no solo se centró en la falta de prestaciones y la burocracia, sino que también apuntó directamente a las autoridades de la Caja. Mansilla se dirigió de forma personal y contundente al presidente de la obra social, Sergio Pérez Soruco, a quien acusó de tener una actitud «altanera» y de creerse «dueño» de la institución.

Entre los reclamos más urgentes se destacaron:

Problemas con las altas de nuevos afiliados: Mansilla señaló que se utiliza la falta de aportes de los municipios como excusa para no dar de alta a nuevos empleados, una situación que, según él, afecta a miles de familias.

Derivaciones y viáticos insuficientes: El dirigente gremial expuso las dificultades que enfrentan los afiliados derivados a Buenos Aires, con viandas de solo 3.000 pesos por día y condiciones de alojamiento precarias.

Falta de acceso a medicamentos y órdenes médicas: Se denunció que los afiliados con enfermedades crónicas no pueden costear la cantidad de órdenes de consulta que necesitan, viéndose obligados a pagar de su propio bolsillo.

Mansilla advirtió que la paciencia de los trabajadores se agota. «Si no lo hacen por las buenas, lo van a hacer por las malas», sentenció, en lo que pareció una clara amenaza de escalada en las medidas de fuerza.

Un llamado a la organización y la lucha por un salario digno

El secretario del SOEM no solo abordó los problemas de la obra social, sino que también conectó la lucha por la salud con la necesidad de una recomposición salarial. «No podemos entrar en la variable de la inflación que nos mete el gobierno», afirmó, y exigió paritarias abiertas y que el salario mínimo no esté por debajo de la canasta básica.

El líder sindical concluyó su discurso con un mensaje a las autoridades y a los propios trabajadores. «Tenemos que organizarnos y declararnos en asamblea permanente», instó, sugiriendo futuras movilizaciones y denuncias contra quienes no cumplan con sus obligaciones. La protesta finalizó con un llamado a la unidad y a la réplica del mensaje en cada lugar de trabajo para que el reclamo no pierda fuerza.