De acuerdo con el Reporte Especial de Actividad Volcánica (REAV), el sismo tuvo una magnitud local de 2,5, ocurrió a 7,4 kilómetros de profundidad y presentó un desplazamiento reducido de 873 cm².
Actividad previa y vigilancia constante
Previo a este evento, las estaciones de monitoreo ya habían detectado sismicidad volcano-tectónica (VT) de menor energía, que corresponde a pequeños movimientos asociados al quiebre de rocas, pero sin indicios de un cambio brusco en la actividad del volcán.
El Sernageomin mantiene un sistema de vigilancia permanente sobre el Hudson mediante redes sísmicas y estaciones remotas, lo que permite emitir alertas oportunas en caso de variaciones significativas. La Dirección Regional del Senapred, en tanto, sostiene la coordinación con las autoridades locales para garantizar una respuesta rápida si fuese necesario.
¿Qué significa la alerta verde?
Actualmente, el volcán Hudson permanece con alerta técnica verde, que es el nivel más bajo en la escala de vigilancia volcánica. Este nivel indica que el macizo puede encontrarse en un estado de reposo o quietud, o bien presentar actividad sísmica, fumarólica u otras manifestaciones superficiales que afectan únicamente la zona más cercana al cráter.
En alerta verde, la probabilidad de una erupción existe, pero sería en un horizonte temporal amplio -meses o incluso años- y sin señales inmediatas de escalada. Esto significa que, si bien se registran eventos internos como el del domingo, no representan una amenaza directa para las comunidades cercanas.
El Hudson, uno de los volcanes más grandes de la Patagonia, tuvo su última erupción significativa en 2011, cuando la expulsión de cenizas impactó tanto a la región de Aysén como a localidades del sur de la provincia de Santa Cruz, Argentina. Ese antecedente refuerza la importancia de su monitoreo permanente.
Situación actual
Por el momento, no hay cambios en la alerta y las autoridades recomiendan a la población mantenerse informada a través de canales oficiales. El Sernageomin continuará vigilando el comportamiento del volcán y comunicará cualquier variación relevante en su actividad.
Tipos de sismos volcánicos: cómo se clasifican y qué significan
El monitoreo de volcanes no se basa únicamente en observar fumarolas o cambios visibles, sino que gran parte de la información proviene del registro sísmico. Los principales tipos de sismos asociados a la actividad volcánica son:
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Sismo volcano-tectónico (VT):
Son provocados por el fracturamiento de roca debido a la presión interna del volcán. Suelen indicar que existe movimiento de magma o fluidos en profundidad, pero no siempre implican una erupción inminente.
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Sismo de largo período (LP):
Están asociados al movimiento de fluidos (magma, gases o agua) en conductos o fracturas internas. Suelen detectarse cuando hay circulación o acumulación de presión en el sistema volcánico.
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Sismo híbrido:
Combina características de los VT y los LP, es decir, involucra tanto fracturamiento de roca como movimiento de fluidos. Este tipo de evento, como el registrado recientemente en el volcán Hudson, indica actividad interna compleja que requiere un seguimiento detallado.
El análisis conjunto de estos registros permite a organismos como el Sernageomin anticipar cambios en el comportamiento del volcán y ajustar los niveles de alerta.