Ariel Rivera asume el desafío de la pesca en Caleta Paula: «Hay mucho por regularizar»
Ariel Rivera, flamante responsable del área de Pesca del Puerto Caleta Paula, ha asumido su nuevo rol con la firme convicción de optimizar los controles y potenciar la actividad portuaria. En una entrevista con «La Voz de la Mañana», Rivera, reconocido por sus 26 años de experiencia en el ámbito portuario y embarcado, destacó las deficiencias actuales y los ambiciosos planes para revertirlas.
«La verdad que yo no lo esperaba, no era mi intención para nada, pero vi un desafío», expresó Rivera sobre la propuesta de la Secretaría de Pesca, que lo convocó para ocupar el cargo. Su principal motivación, según sus palabras, es «regularizar» el área, señalando la falta de control que ha observado durante su trayectoria.
Un diagnóstico claro: Faltan recursos y personal capacitado
A pocas semanas de su asunción, Rivera ya ha realizado un exhaustivo análisis de la dependencia de pesca. La situación actual presenta un panorama complejo: carencia de computadoras, internet, vehículos para controles y ropa de abrigo para el personal que trabaja a pie de muelle. «Ahora hay cuatro personas que están trabajando y una que está de carpeta psicológica», detalló, subrayando la necesidad de formar un equipo de «inspectores».
La función de estos inspectores sería crucial para el control en el muelle. «Cuando vas y controlás lo que llega en un barco, controlás las descargas, cuántos cajones traés, qué especies traés y después qué peso tiene el cajón», explicó. Hoy, esta tarea se ve limitada, ya que los barcos pueden llegar a cualquier hora y no se cuenta con el personal y los recursos necesarios para una fiscalización continua.
La merluza de Caleta Paula: Un recurso estratégico sin aprovechar
Un dato relevante que Ariel Rivera puso de manifiesto es la importancia del Puerto Caleta Paula para la pesca nacional. «El puerto Caleta Paula maneja casi toda la merluza del país», afirmó, aunque reconoció que aún no cuenta con cifras exactas. Sin embargo, este volumen contrasta con la ausencia de una fábrica de harina de pescado en la zona, lo que implica que los desechos de las plantas se destinan al basural. Se refirió a un proyecto en Río Gallegos que podría absorber parte de esos desechos.
Un desafío personal
Rivera calificó su nuevo cargo como un «desafío personal», ya que económicamente no le resulta conveniente, pero su compromiso con la mejora del sector lo impulsó a aceptar. Su experiencia y conocimiento de los puertos del país son el principal aporte que espera brindar.
En otro orden, la entrevista abordó la actual situación de la flota congeladora, que se encuentra en un paro nacional y no saldrá a pescar esta temporada 2025. Rivera lamentó el impacto que esta medida, sin precedentes en su experiencia, tendrá en la economía local y en las 116 embarcaciones y más de 3.480 tripulantes que las componen, además de todo el movimiento logístico asociado.
Rivera hizo hincapié en la necesidad de una política pesquera provincial más sólida. Sugirió que Santa Cruz, a través de su representante en el Consejo Federal Pesquero, plantee un proyecto para «parar los barcos» durante 24 horas al llegar a puerto, equiparando las condiciones con las zonas de pesca más cercanas al recurso como Puerto Madryn, que actualmente gozan de una ventaja logística. «Nosotros desde la zona de pesca tienen 32 horas (de viaje de ida), así que 32 horas de ida, 32 horas de vuelta… más la parada de 24 horas son cuatro días», detalló, ilustrando la disparidad.
Asimismo, resaltó la importancia del control a bordo de los barcos, una práctica que no se realiza en las aguas de Santa Cruz y que es fundamental para defender el recurso pesquero de la provincia. «Acá en las aguas de Santa Cruz no hay gente, no lo ponen por eso. Lo que es pescar no están poniendo, yo estoy reclamando porque no ponen», enfatizó.
Capacitación y colaboración interinstitucional
Finalmente, Ariel Rivera destacó la importancia de la capacitación. Anunció una jornada conjunta con el Puerto de Caleta Olivia este viernes para capacitar a los estibadores. También manifestó su deseo de que los egresados de biología marina sean los futuros observadores de pesca, una decisión que requiere un impulso político.
En cuanto a la relación con el municipio, afirmó que es «muy buena» y que están colaborando en la organización de cursos, con el objetivo de que «todos colaboren un poco».
Para fin de año, Rivera se plantea un objetivo claro: «Ojalá que tengamos a los inspectores o quiero tener inspectores en meses controlando», con una meta de entre tres y cuatro nuevos inspectores.