Crisis en el Sector Pesquero: La pesca del langostino en vilo por conflictos de costos

Así lo explicó Ricardo Patterson, integrante del Consejo Federal Pesquero por la Provincia de Santa Cruz, en diálogo con «La Mañana de la Radio» de Roberto Murua (106.9 FM). Patterson detalló que el problema central reside en la baja de precios del langostino a nivel internacional y el elevado costo argentino, factores que han llevado a los empresarios a exigir una reducción del 30% en los ingresos de los trabajadores para poder salir a faenar.
Patterson detalló que la caída del precio del langostino salvaje y austral en los mercados internacionales se debe, en parte, al surgimiento del «panamei», un langostino de cría artificial, de menor calidad pero producido en volúmenes masivos (entre 6 y 7 millones de toneladas anuales, frente a las 200-250 mil toneladas de Argentina). Sorprendentemente, este producto artificial ha llegado a valer más que el langostino patagónico, impactando directamente en la rentabilidad de la pesca argentina.
A esto se suma el «costo argentino», que, según Patterson, es «muy grande» y afecta la competitividad del sector. La combinación de estos factores ha llevado a los empresarios a una postura innegociable: sin una reducción del 30% en los costos laborales, no saldrán a pescar. Esta situación ya provocó la suspensión de la prospección, paso previo al inicio de la temporada de langostino.
Ante la rigidez del planteo empresarial y la negativa de los trabajadores a una reducción salarial, Patterson señaló que se están buscando otras alternativas para reducir los costos, como la disminución del impuesto al combustible, la baja de derechos de extracción y la eliminación de retenciones que, increíblemente, aún pesan sobre la pesca.
Una luz de esperanza se vislumbra con la reunión prevista para el jueves en Buenos Aires, donde el Ministerio de Trabajo se encontrará con el SOMU y los empresarios pesqueros. Esta reunión, impulsada por la preocupación de gobernadores, podría significar una mayor intervención del Ministerio de Economía y, por ende, del Estado Nacional, que hasta el momento no ha actuado directamente en la cuestión.
La falta de una temporada de pesca exitosa generaría un perjuicio inmenso para toda la cadena productiva, afectando a miles de trabajadores, desde los marineros (estimados en unos 400-500 en Santa Cruz y 3.000 en la flota congeladora a nivel nacional) hasta los que operan en puerto y toda la actividad comercial asociada. Además, se corre el riesgo de perder mercados internacionales ya establecidos si no se cumple con la oferta del producto.
Patterson enfatizó la urgencia de encontrar una «situación superadora del conflicto», donde cada parte «resignifique algo» para que la gente pueda trabajar y el sector productivo se reactive. La expectativa está puesta en que la reunión del jueves marque un antes y un después, generando soluciones concretas para una crisis que amenaza con impactar la economía regional.
