Policías desoyeron angustiante pedido de la madre del femicida

Martes, 20 Mayo 2025 – Esto se desprende de la declaración testimonial de Stella Maris Ganga, madre del femicida Nicolás Moyano quien, antes de quitarse la vida, mató a puñaladas a su novia Antonella Aybar.

Los restos de la joven de 23 años fueron inhumados a mediodía de este lunes en el cementerio local, acompañados por familiares y amistades, consternados por el trágico suceso ocurrido en la madrugada del pasado viernes en una vivienda del barrio 13 de Diciembre de esta misma ciudad.

El resultado de las autopsias de los cuerpos recién se podría conocer este martes, pero se sabe que la Antonella recibió múltiples puñaladas en el cuerpo, mientras que su pareja, de 25 años, se habría proferido cortes en uno de sus brazos y murió desangrado.

El medio de Comunicación de Comodoro Rivadavia tuvo acceso a la declaración testimonial que hizo la madre del femicida a personal de la Comisaria de la Mujer, alrededor de las 9 de la mañana del viernes. La misma da cuenta de que minutos antes de las 6 de madrugada ella salió a la calle pidiendo a los gritos ayuda a un vecino porque había sido herida por su propio hijo,

Al llegar una comisión de uniformados de la Comisaría Cuarta, Stella Maris Ganga (53) les requirió que ingresaran a la vivienda porque su hijo estaba atacando a su novia, pero por alguna razón los uniformados desoyeron ese pedido.

Ello abre la hipótesis de que, de haber actuado con celeridad conforme a las facultades contempladas en el código de procedimientos policiales, los uniformados podrían haber salvado la vida de la joven e incluso la de su agresor.

Además, los dichos de la mujer -rectora del Colegio Secundario Nº 6- son coincidentes con lo manifestado por el vecino Alejandro Sedán ante la Comisaría Cuarta, ya que fue el primero en llegar al sitio de la tragedia y quien hizo el pedido de auxilio llamando al teléfono de emergencias 911.

TRES HORAS DESPUES

También se sabe que el juez de instrucción penal de turno, Gabriel Contreras, recién fue notificado a las 8:50 por la Comisaría de la Mujer de que a esa hora se le iba a tomar testimonio a una mujer que estaba internada en el Hospital Zonal por un caso de violencia familiar.

Pero el personal de esa dependencia policial aún no había ido al sitio a la casa de la docente, por lo cual desconocía la tenebrosa magnitud del suceso. Consecuentemente, el magistrado solo esperaba el informe testimonial y por ello no emitió ninguna orden de allanamiento.

Además, en la casa de referencia solo había quedado una consigna de la Comisaría Cuarta, creyéndose que los integrantes de la pareja se habían retirado en la moto con la que habitualmente se movilizaban.

Por ello recién cerca de las 11, cuando se solicitó la presencia de un cerrajero para ingresar -a efectos de realizar una inspección de rigor sumarial- se descubrió el horrendo suceso.

EL TESTIMONIO DE LA MADRE DE MOYANO

De acuerdo a los dichos de Ganga, ella retornó a su casa ubicada en la esquina de la calles Escocia y Egipto, del barrio 13 de Diciembre, aproximadamente a las 5:45 luego de finalizar su trabajo (no especifica el lugar).

Dijo que en principio escuchó ruidos en la habitación de su hijo, quien se encontraba con su novia y en principio pensó que se estaban riendo, pero luego escuchó gritos de la joven. Entonces decidió ingresar a esa habitación “y vi como mi hijo la estaba golpeando (pero) diciéndome que estaban jugando”.

Sin embargo, Antonella “me dijo que le estaba pegando en serio”, por lo que Nicolás “salió de la habitación en dirección a la cocina; tomó un cuchillo y vino hacia mí”.

En su relato, Ganga describe que “me atacó y forcejamos hasta que le saqué el cuchillo. Luego sentí burbujas debajo de la axila, percatándome de que me había apuñalado. Posteriormente salí de mi domicilio y mi hijo me pidió que ingrese de nuevo para hablar pero me fui corriendo hacia donde estaba mi vecino (Alejandro Sedán), quien me ayudó y llamó a la Policía y a Emergencias”.

Tras ello, la mujer dejó constancia en su testimonio que autorizó “el ingreso de los funcionarios policiales” a su domicilio, indicando además que era la primera vez que era objeto de una agresión de su hijo.

Al ser consultada si tenía conocimiento de que el joven consumía bebidas alcohólicas o estupefacientes, respondió que “no sabría decirles” y más adelante dijo que estaba de acuerdo en autorizar al personal de la Comisaría de la Mujer o de otra dependencia a su casa para constatar si los jóvenes estaba adentro; es decir cuando ya habían transcurrido más de cuatro horas del sangriento suceso.

Por otra parte, pudo saberse que el femicida ya había tenido otra pareja (de allí la inicial confusión del apellido que trascendió en un primer momento), de cuya unión nació un niño que hoy tiene aproximadamente 7 años.

Además, trascendió que la abuela materna de Nicolás falleció hace poco más de un año como consecuencia de un confuso accidente.

En tanto, fuentes confiables revelaron que se habría encontrado en su habitación un billete (de denominación no precisada) que hacía de envoltorio de varios gramos de un estupefaciente de color blanco, presuntamente cocaína.

Fuente: El Patagonico